EL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES REQUERIRÁ CONTINUAS
ADAPTACIONES
- Más allá de la
sostenibilidad, el sistema de pensiones debe incorporar todavía numerosas
adaptaciones para hacerlo más eficiente, justo, contributivo y
transparente y, especialmente, para hacerlo coherente, en términos de
suficiencia de las pensiones obtenidas, con las implicaciones que conlleva
la creciente longevidad
- Para promover el
bienestar y el crecimiento económico sostenido es necesario un cambio
cultural que combine la contribución pública y la privada, y fomente los
sistemas mixtos (de doble renta)
- Es necesario mejorar la
transparencia del sistema actual y que se refuerce la relación entre
aportaciones y prestaciones, utilizando sistemas de cuentas nocionales que
ya han implantado con éxito otros países
La Delegación
del Instituto Español de Analistas
Financieros (IEAF) en Valencia ha presentado hoy en la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros el estudio “Pensiones: una reforma medular”,
cuya finalidad es mantener abierto un debate que permita definir un sistema de
pensiones transparente, sostenible, suficiente y equitativo.
El acto que ha
sido presentado por D. Alfonso Pérez
Pretel, Presidente de la Delegación del IEAF en Valencia, ha contado con la
participación del Director del Estudio, D. José
Antonio Herce, de la Directora General de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, Dña. Isabel Giménez y
del Hble. Sr. D. Juan Carlos Moragues,
Conseller de Hacienda y Administración Públicas.
Moragues ha señalado que
no es suficiente con la “estabilidad
presupuestaria, hay que garantizar el mantenimiento del estado de bienestar”.
En esta línea ha apuntado que la Generalitat ha reducido el déficit en 1.579
millones de euros, logrando la estabilidad financiera. El conseller ha
argumentado que es necesario obtener los ingresos suficientes para garantizar
todo el sistema de bienestar. Como dato positivo, ha indicado que en marzo ha
aumentado la afiliación con respecto al año pasado un 1,27%, un crecimiento
mayor que la media española.
El estudio ha
sido elaborado por un equipo de trabajo dirigido por D. José Antonio Herce,
Profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y Director
Asociado de AFI, y se publica coincidiendo con una nueva reforma del sistema de
pensiones para la adopción del denominado Factor de Sostenibilidad. En la edición de este estudio han colaborado la Fundación de Estudios Financieros y el Círculo de Empresarios.
El trabajo
plantea la necesidad de pensar en términos de una reforma continua de
nuestro sistema de pensiones. La reforma de 2013 ha mejorado el diagnóstico
sobre su sostenibilidad, pero deberán afrontarse los problemas de suficiencia y
eficiencia, pues el sistema acumula disfunciones que lo hacen menos
eficiente y equitativo de lo que se cree, y la demografía añade perentoriedad en
las reformas.
El cambio
demográfico supone modificaciones estructurales y de gran envergadura,
habiéndose acumulado un importante retraso en la necesaria adaptación
económica, social y de los estilos de vida ligados a las pensiones. Esta
reinvención de la Seguridad Social no debe hacerse precipitadamente y deberá
además entenderse por los ciudadanos ya que deberán cambiar sus usos y
costumbres en materia de inversiones y ahorro. En este sentido esta publicación
pretende contribuir al debate sobre el futuro de las pensiones.
CONCLUSIONES
Las
conclusiones que siguen, que reflejan la posición de las dos
instituciones, se dirigen a la sociedad, los agentes socio-económicos,
los gestores del sistema público de pensiones y los reguladores de las
pensiones privadas, así como a los propios agentes proveedores de estos
productos llamados a tener un creciente protagonismo en las pensiones del Siglo
XXI:
1.- Las medidas
planteadas en las reformas de nuestro sistema público de pensiones de 2011 y
2013, no son muy novedosas ni radicales sino que están en línea con las tomadas
por otros países de nuestro entorno (edad legal de jubilación, carrera de
jubilación, periodo de cómputo, factor de sostenibilidad e índice de
revalorización). Se trata de reformas parciales que se conocen como reformas
paramétricas cuyo objetivo es aumentar la sostenibilidad y estabilidad
financiera en el medio y largo plazo.
2.- Dichas
reformas han avanzado en la solución del problema de la sostenibilidad, pero no
aseguran la completa suficiencia y equidad de las pensiones. Por ello, el
sistema va a requerir continuas adaptaciones para hacerlo más eficiente,
justo y coherente. Especialmente en nuestro país en el que la demografía parece
tener una tendencia imparable. En consecuencia, es muy probable que en el
futuro sean necesarias reformas adicionales en algunos de los parámetros del
mismo, por lo que habrá que seguir trabajando para lograr una combinación de
esquemas de pensiones que lo consiga.
3.- La reforma
de las pensiones debe ser enfocada como una gran reforma estructural,
que tiene amplia repercusión en el conjunto del sistema financiero y de la
economía, como se ha demostrado en los países que la abordaron en la década de
los noventa. El modelo de pensiones debe de buscar no solo un sistema que sea
financieramente sostenible, sino además elevar la tasa de ahorro de la economía
española para permitirnos financiar la inversión que asegure nuestro
crecimiento a largo plazo.
4.- La
productividad es determinante para conseguir unas pensiones mejores en el
futuro. La productividad determina el nivel de los salarios (las bases de
cotización) y éstos el nivel de las pensiones. Por ello, las políticas de promoción
del crecimiento y de la productividad terminan siendo de apoyo al sistema
de protección social y son claves para asegurar pensiones mejores en el futuro.
5.- En el
sistema español de pensiones subsisten “injusticias actuariales”
derivadas de la mayor longevidad diferencial de la que disfrutan ciertos grupos
de población o colectivos, de manera que unos financian las pensiones de otros.
Estos desajustes deben resolverse en la medida de lo posible para lo que es
necesario que cada colectivo conozca mejor el rendimiento interno de las
cotizaciones que realiza al sistema.
6.- La mitad de
la población española mantiene una posición favorable hacia una responsabilidad
compartida entre el individuo y el Estado en la provisión de pensiones. La
sociedad comprende bien la necesidad de ahorrar adicionalmente para la
jubilación, aunque se enfrenta a canales y/o incentivos insuficientemente
desarrollados. Entre las carencias que más se echan en falta en esta materia
por parte de la población se encuentran las pensiones complementarias de
empresa.
Es necesario un
cambio cultural que combine la contribución pública y la privada, el interés
particular y el general. Deben ilustrarse las propiedades de los sistemas
mixtos enfatizando cómo la combinación de lo público y lo privado ayudan,
cada uno por su parte, a mitigar las consecuencias del avance de la longevidad
sobre las variables clave de las pensiones. Ninguno de los dos sistemas por
separado (de reparto y de capitalización) es superior al otro en todos los
frentes en los que se puede evaluar su eficiencia. La combinación de ambos en
un sistema mixto (de doble renta) es la estrategia más adecuada para promover
el bienestar y el crecimiento económico sostenido, como así lo avalan las experiencias
más avanzadas en otros países.
7.- La
transición hacia un sistema mixto requiere tiempo y prudencia, pero es
posible y deseable. Puede requerir de recursos que no disponemos en estos
momentos pero es necesario sentar las bases hoy mismo para diseñar el sistema
que queremos a largo plazo. La indecisión o la falta de visión para abordar
dicho proceso es lo que puede acabar limitando nuestras posibilidades de
alcanzar las pensiones que una sociedad avanzada, siempre debería poder
permitirse.
8.- Es
necesario impulsar la existencia de mercados financieros más líquidos y
profundos que faciliten una mayor capitalización de las empresas y el
crecimiento económico fundamentado en una mayor base de capital y una menor
base de deuda. También se requieren instrumentos o vehículos que permitan
productos necesarios para el desarrollo de las pensiones. La industria de
pensiones debe innovar para aportar productos vitalicios eficientes y
competitivos.
9.- Es
necesario mejorar la transparencia del sistema actual. No solo es
deseable aumentar la transparencia y eficacia con la que se comunican a la
sociedad las características, retos y reformas de las pensiones. También hay
que exigir esa transparencia en conceptos como la contribución que hace cada
individuo al sistema de pensiones durante su vida laboral y el retorno en forma
de prestaciones que va a recibir cuando se retire.
En este
sentido, el sistema de cuentas nocionales que han implantado países como
Suecia, Alemania e Italia es muy ilustrativo. Este sistema refuerza la relación
entre aportaciones y prestaciones, a la vez que establece incentivos para
trabajar un mayor número de años y flexibilizar la edad de jubilación. A su
vez, la sociedad debe empezar a asumir conceptos tales como el volumen o suma
de prestaciones que recibirá cada individuo en su conjunto del sistema y no
solamente fijarse en la prestación inicial que se va a percibir, ya que esta no
tiene en cuenta la esperanza de vida.
También es
aconsejable la adopción en nuestro país de sistemas de información a los
trabajadores cotizantes sobre estimaciones de la pensión que se recibiría en
diversos supuestos de edad de jubilación, para que les ayude a tomar decisiones
de planificación de su retiro. Una información clara sobre todas estas
cuestiones facilita la comprensión de la sociedad y permite una visión
coherente del problema.
En resumen,
conviene insistir en que más allá de la sostenibilidad, el sistema de
pensiones debe incorporar todavía numerosas adaptaciones más o menos
intensas para hacerlo más eficiente, justo, contributivo y transparente
y, especialmente, para hacerlo coherente, en términos de suficiencia de las
pensiones obtenidas, con las implicaciones que conlleva la creciente
longevidad.