Pregunta.- En su opinión, ¿Cuáles son las tendencias del asesoramiento financiero profesional ante la coyuntura económica actual?
Juan Pérez.- En primer lugar me gustaría agradecer a la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros la oportunidad que me brindó para formarme con ellos, gracias a la Fundación a día de hoy puedo ayudar a muchas personas a entender los productos financieros con los que vivimos en la actualidad y aconsejar en su gestión patrimonial de una manera personalizada.
Sin duda esta crisis ha redirigido la visión del ciudadano que tenía sobre el asesor financiero de toda la vida, del cual no desmereceré su función ni su buena praxis.
Antes de que el 90% de españoles conocieran que era la prima de riesgo, en aquellos años donde las hipotecas se ofrecían más que se demandaban, la figura del asesor financiero la encontrábamos en cualquier sucursal bancaria, en muchos casos este asesor financiero era la persona de confianza de toda la vida en el banco, y mientras la economía iba viento en popa gracias a los tipos de interés reales negativos, no veíamos por la calle ninguna manifestación en protesta por “plazos fijos” llamados acciones preferentes o deuda subordinada. La realidad de la calidad de estos productos, o mejor dicho de alguno de sus emisores, se ha visto en estos últimos años. En estos casos, la gente, en mi opinión, tiene su derecho a manifestarse y tomar acciones legales contra quien creen culpable de su merma patrimonial. En muchas ocasiones la recomendación de comprar estos productos salía de la boca de los asesores financieros de las sucursales, los cuales hacían muy bien su labor de comercializar y colocar estos activos de su entidad por mandato de sus superiores, muchas veces sin saber en qué riesgo ponían a sus confiados clientes.
No obstante, la tendencia existente en el asesoramiento financiero actual es evitar este conflicto de interés entre la necesidad del cliente y la necesidad de la entidad financiera, en este sentido la independencia es vital para poder estudiar el perfil del cliente y recomendarle lo que su patrimonio necesita. Aún hoy en España son pocas las entidades que tienen contratado un asesor financiero acreditado, pero lo más preocupante es creer que no se necesita argumentando que para eso está el banco de toda la vida.
P.- ¿Qué tres aspectos cambiaría para revitalizar el sistema financiero español?
J. P.- A nivel bancario es necesario que la banca se desprenda de todos los activos no estratégicos y que vuelvan a ser bancos destinados a comprar y vender dinero. En este sentido, en mi opinión una vez traspasados la cartera de inmuebles a la SAREB, se debería vender de manera más acelerada de lo que se está haciendo todos los inmuebles que sea posible, y con descuento del precio de mercado. Esto provocaría una pérdida para el banco, pero es preferible que el banco siga provisionando contra estas pérdidas y sacrifique los beneficios de los accionistas a que “mal valoren” los activos y los sigan arrastrando durante muchos años, limitando su capacidad para prestar dinero. No obstante, quiero matizar que la banca española es de la que más calidad tiene dentro de la Unión Europea situándose muy por encima de la media europea.
Otro aspecto importante es que deberíamos mirar a EEUU, y tomar nota de cómo actuaron ellos ante la crisis financiera y bancaria, quizá esto suene poco solidario, pero profesionalmente no creo que se deba salvar a todos los bancos que entran en bancarrota, intentando solucionar las gestiones de políticos al frente de cajas. Creo que dejar caer alguna de las entidades menos solventes para destinar más recursos a las entidades que no están tan mal nos hubiera ahorrado un par de años de crisis.
Como tercer aspecto, la falta de competencia existente entre las entidades no ayuda a activar el crédito y la financiación, la cual es la vía de generación de ingresos de la banca. Me explico, después de la reestructuración necesaria del sistema bancario y por ende reducción del número de entidades de crédito, creo necesario ver la entrada en el mercado de banca extranjera que pueda ayudar con su competencia a reducir los costes financieros en los créditos a las empresas, los cuales se han disparado con este nuevo oligopolio del sector. Esto sin duda aceleraría la disposición de capitales hacia el crédito de las entidades que a día de hoy interactúan en el mercado bancario español, y es que como muchas veces ocurre la competencia ayuda a sacar lo mejor de cada uno.
P.- ¿Cree que se están tomando las medidas necesarias para salir de la crisis?
J. P.- Creo que en muchos aspectos sí, pongo por ejemplo la polémica reforma laboral, creo que sí pretendemos incrementar las exportaciones y hacer atractiva la inversión extranjera en el país es necesario flexibilizar el mercado laboral, fijándonos en el mundo anglosajón. Quizá con esta reforma sea más sencillo despedir a un empleado, pero creo firmemente que también será más sencillo que encuentre trabajo más fácilmente, ya que el empresario y el emprendedor tendrá menos miedo a la hora de contratar.
Por otro lado se debería de hacer un esfuerzo desde Bruselas para que nos permitan alargar los objetivos de déficit, y así el gobierno pueda reducir la carga fiscal con la que vivimos ahora para aumentar nuestro poder adquisitivo y propulsar el consumo.
También soy partidario de que el Banco Central Europeo baje los tipos de interés ya que la inflación está en unos niveles muy controlados por lo que no peligraría un alza de precios derivada de esta decisión y daría oxigeno al ciudadano.
Y por último. creo que es necesario generar más confianza de cara al exterior para no tener que dedicar el dinero a pagar los crecientes intereses de la deuda a los extranjeros y podamos destinarlo a políticas de crecimiento para la economía. Es importante, por tanto, evitar casos de corrupción en la política e intentar que salga a la luz toda la economía en “B”.
P.- ¿Cuáles son sus mejores recuerdos de la etapa formativa vivida junto a la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros?
J. P.- Los mejores recuerdos son muchos, pero por enumerar algunos diré que las amistades que haces con los compañeros y algunos profesores. Definitivamente es un valor añadido que te da estudiar en la Fundación, aun mantengo contacto con muchos de los compañeros y profesores que luego se han convertido en compañeros de trabajo del día a día.
También recuerdo cariñosamente las clases de Ética y Moral que nos dio Isabel, quizá una de las asignatura más importante para el futuro de un profesional del asesoramiento financiero.
P.- ¿Recuerda con especial cariño a alguno de los profesores de la FEBF?
J. P.- La verdad es que a bastantes de ellos sí, pero no me gustaría mencionar el nombre ya que no creo que los demás no merezcan ser apreciados por mi parte. Lo que puedo decir es que todos tienen mi aprecio. profesionalmente son personas muy cualificadas en su materia y la manera en que transmiten sus conocimientos al alumnado es excelente, de hecho en una nueva experiencia que reciente he tenido como profesor no he hecho más sino que copiar ciertos métodos de enseñanza con los que ellos me enseñaron a mí.
P.- ¿Qué cree que es más decisivo para el desarrollo de un directivo en el ámbito de las finanzas, apostar por la formación o intentar ganar experiencia profesional?
J. P.- En mi opinión es fundamental ambas cosas, por un lado primero formarse mucho para dar el salto a la empresa y poder aportar conocimientos, una vez en la empresa aprender de la experiencia que te da el día a día y cada situación, pero considero muy importante seguir con la formación aunque seas un buen profesional, ya que el saber no ocupa lugar y siempre tendrás ocasión de sacar partido a lo aprendido en la formación.
P.- Más allá de las finanzas, ¿nos podría hablar de alguna de sus aficiones?
J. P.- Bueno quien me conoce sabe que disfruto muchísimo haciendo paellas los sábados con los amigos y la familia, una de mis debilidades es cocinar ya que me da momentos de tranquilidad, también disfruto mucho de una cerveza al sol y en cuanto a deporte disfrutar de la montaña y salir a correr después del trabajo por el bonito río que tiene Valencia.
P.- En la situación actual, ¿cuál sería su consejo para un postgraduado?
J. P.- La realidad actual es ciertamente complicada. Creo que es muy importante haberse formado en el inglés durante la vida académica para abrirse oportunidades más allá de los Pirineos. En Valencia aunque hay oportunidades no es lo que era hace unos años, más si cabe cuando nos hemos quedado sin ninguna entidad financiera, en Madrid y Barcelona tampoco es fácil, y menos en estos momentos donde los bancos y entidades financieras están sumergidas en restructuraciones de plantilla. Por todo esto pienso que intentar conseguir experiencia en el extranjero aumenta la calidad de la carta de presentación del profesional y le dará cultura y una visión diferente que se convertirá en un valor añadido para el futuro. Tiempo para volver siempre habrá.