Tras la dimisión de
Rodrigo Rato como presidente de Bankia, el Gobierno de España está analizando
qué instrumento jurídico-financiero utiliza para aportar los fondos que la
entidad necesita para cumplir con los requisitos de capital marcados. Se cifran entre 7.000 y 10.000 millones
de euros las necesidades actuales que permitirían a Bankia continuar operando
en solitario.
Una de las opciones
planteadas es la utilización de los bonos convertibles contingentes, también
denominados CoCos. Instrumento
financiero creado en la tercera ronda del Fondo de Restructuración de
Ordenación Bancaria (FROB) cuyo objetivo es permitir la ayuda del Estado a las
entidades financieras que requieran mejorar su capital. Para ello se inyectan
recursos o mediante canje de deuda pública, por los que la entidad abonará un
8% de interés durante la permanencia de la medida. Estos bonos tienen carácter
subordinado y perpetuo, es decir, en caso de quiebra son los últimos en cobrar,
y no tienen fecha de vencimiento predeterminado. Este producto responde a la
necesidad técnica de que los fondos así aportados den máxima calidad a los
recursos de la entidad para cumplir las exigencias de capital y provisiones
requeridos.
Si llegados ciertos
niveles de ratio la entidad no cumple con los requerimientos mínimos exigidos,
estos bonos serán convertidos en participaciones de capital. Por tanto, mejorará
la calidad de los fondos propios.
Los CoCos son una
especie de préstamo que concede la administración pública a una entidad financiera,
que pagará unos intereses que afectarán a su cuenta de resultados. Un problema
que puede plantear este sistema es el coste que acarrea al Estado acudir a los
mercados financieros para la obtención de los fondos necesarios. Recordemos que
la prima de riesgo del Reino de España se sitúa en máximos de los últimos 10
meses, y lleva la rentabilidad del bono a diez años al 6%. Mientras el Estado
se financie más barato en los mercados de lo que cobra por prestar dinero, no
podemos hablar de que afecte a los presupuestos, si esto cambiara, se tendrían
que estudiar alternativas para corregir los efectos de la financiación.
Independientemente
de la búsqueda de fondos para llevar a cabo la reestructuración, la Administración
también debe trabajar en buscar la máxima eficiencia de cada euro invertido en
los Presupuestos Generales del Estado. De ahí, la necesidad de aprobar por,
parte del Consejo de Ministros, las últimas medidas para la contención del
déficit mediante el redimensionamiento de la propia administración, contención
del gasto corriente y aprobación de incrementos de impuestos o nuevos precios o
tasas públicas.
En definitiva, el
objetivo de los recursos del FROB es la reordenación del sector bancario para
que éste pueda continuar con su función básica: apoyar a la creación de una
economía real productiva, fuerte, estable y competitiva sin lastrar los
presupuestos del Estado.
Artículo publicado en el semanal El Mercantil Valenciano del Levante-EMV por Julio Sixto, Departamento Financiero y Formación de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.