El Decano del ICAV subrayó durante su turno de palabra que la situación
de asfixia que está viviendo la Administración
Judicial es insostenible y que para solucionar el problema debe
apostarse por vías alternativas de resolución de conflictos, como la mediación
y el arbitraje. En palabras de M. Durán: “En el año 2010 se iniciaron en nuestro país
la friolera de 10 millones de asuntos nuevos según datos del Consejo General
del Poder Judicial y la agudeza de la crisis económica ha supuesto un aumento
considerable de la litigiosidad en todos los ámbitos, singularmente en el
empresarial”. Asimismo Mariano Durán destacó que el arbitraje es un
sector en el que el Colegio se ha volcado de manera decisiva.
Referente internacional en
arbitraje y mediación
En el ámbito internacional, el ICAV destacó como referente en materia de
arbitraje y mediación tras convertirse en el año 2009 en sede de la Corte Europea de Arbitraje y
Mediación para los asuntos del Mediterráneo y Oriente Medio.
El Colegio de Abogados de Valencia ha invertido un remarcable esfuerzo
durante años en la apuesta por la resolución extrajudicial de conflictos
mediante estas vías alternativas a la jurisdicción.
El ICAV constituyó en 2010 una Fundación que da cobertura a un Tribunal
Arbitral propio, el TAV, y a un Centro de Mediación, ambos destinados tanto a
la resolución de asuntos locales y nacionales como a los asuntos
internacionales dentro de la órbita del Mediterráneo y Oriente Medio.
En cuanto a la situación económica que está atravesando España, el
Decano del ICAV afirmó: “La solución pasaría por una política de
conjunto que aborde los problemas del país y logre crear confianza en los
ciudadanos, las empresas y los mercados internacionales”. También destacó
las ventajas que conlleva estos procedimientos. “Frente a la rigidez de los
procedimientos judiciales y las complicaciones burocráticas, el arbitraje
supone una reducción de tiempo en las tramitaciones y por consiguiente, de los
costes que implica”, afirmó Durán.
Los cuatro ponentes de la
Jornada fueron los encargados de exponer y defender las
ventajas del arbitraje. Tomás Trénor, socio de Garrigues Abogados, dedicó su
intervención al factor tiempo. En palabras de T. Trénor: “La media de resolución de un
conflicto por medio del arbitraje suele tener una duración de ocho meses,
mientras que los procesos por la vía judicial ordinaria pueden alargarse dos o
tres años”.
Por su parte, Santiago Hurtado, de Broseta Abogados, defendió la
economicidad de esta alternativa de resolución de conflictos y destacó que el
arbitraje tendrá un mayor valor añadido con las previsibles tasas
jurisdiccionales que el Gobierno ha anunciado. En este sentido, Santiago
Hurtado afirmó: “Potenciar el arbitraje mejora los tiempos y costes de la justicia
ordinaria”.
Respecto al tema de la confidencialidad inherente al arbitraje, José
Ramón del Río destacó sus virtudes. Por último, el Director del Tribunal
Arbitral del ICAV, Manuel de Lorenzo, dejó claro que la especialización de los
árbitros es un pivote esencial de esta vía paralela a los tribunales y elemento
diferenciador con respecto a la justicia ordinaria. “El arbitraje tiene las garantías
y efectos de los que gozan un procedimiento judicial pero con una serie de
ventajas que lo hacen especialmente atractivo, en el arbitraje es posible
escoger al propio árbitro que va a decidir el conflicto, algo inimaginable en
el ámbito judicial. Ello permite que el árbitro sea un profesional experto en
la materia de la que se trate”.
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