La
Asociación Española de Directivos (AED)
presentó en Valencia, con la colaboración de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, el informe “De directivo a empresario: Las operaciones
MBI/MBO desde la perspectiva del directivo”. El acto, que estuvo presentado
por Amparo Bertomeu, presidenta de
la Comisión directiva de AED en Valencia, contó con la presencia de Xavier Gangonells, secretario general
de AED, Fernando Iglesia, miembro de
la Comisión sobre la Función Directiva de AED y coautor del informe, Eduardo Navarro, presidente de Improven y Sherpa Capital, y Damián Frontera,
presidente de Redit y Patrono de Honor de la FEBF.
El
informe fue presentado en la Bolsa de Valencia ante cerca de medio centenar de
directivos. “Este estudio pretende
aportar una serie de reflexiones de carácter práctico que permitan al directivo
tener un mejor criterio a la hora de convertirse en empresario”, apuntó Amparo Bertomeu. “Se trata de minar esos posibles temores en el momento de tomar la
decisión y evitar que se cometan errores”, explicó la presidenta.
En
tiempos de crisis hace falta emprender nuevos proyectos y, en ocasiones,
reorientar las empresas actuales. En ambas circunstancias, los directivos
pueden verse en la situación de dar un paso adelante y convertirse en
empresarios, una oportunidad que les permite aplicar los conocimientos específicos
en un sector con el fin de llevar adelante una compañía y asumir las
responsabilidades que ello conlleva. Profesionales que pueden emplear su gran
capital humano para aportar solidez y formación a la cabeza de la empresa.
“Este informe es de gran
utilidad porque recoge las experiencias de directivos que han afrontado durante
su carrera un proceso de MBI o MBO, presentando de forma ordenada y resumida
sus reflexiones con un enfoque pragmático y un lenguaje comprensible”, explicó Xavier Gangonells, secretario general
de AED. “Es preciso que se impulsen
nuevas iniciativas empresariales y las operaciones de MBI y MBO son un
mecanismo que puede permitir a las compañías ganar tamaño, capacidad de
inversión, fomentar la profesionalización de la gestión y encontrar nuevas
oportunidades de negocio”, apuntó.
Fernando Iglesia, coautor del informe, fue
el encargado de mostrar algunas de las claves del documento: “Hay directivos que se plantean ser
empresarios pero tienen miedos y dudas”. Según explicó: “Estas decisiones son complejas pero los
proyectos de MBI o MBO pueden ser una buena alternativa de continuidad a
empresas familiares con dificultades de sucesión”. Además, remarcó que no
hay proyecto sin empresario.
Según
refleja el informe, para poder ejercer el rol de empresario, un directivo debe
tener actitud de emprendedor, ser
estratega en la gestión de recursos, tolerar bien la incertidumbre y la
soledad, focalizar en la cuenta de resultados y fijar bien las prioridades.
“Estas son habilidades de las que no todo
el mundo dispone”, apuntó Iglesia. Además, “debe de tener inquietudes, disfrutar y fijarse objetivos a largo plazo
aunque también ser una persona audaz, independiente y poder ejercer un
liderazgo”. Iglesia también hizo referencia a los momentos más idóneos para
que el directivo se plantee dar el salto a empresario. Tener un proyecto y sentirse con la capacidad, confianza e ilusión de
liderarlo, aspirar a la independencia profesional, estar desempleado, tener
experiencia en un determinado sector y los cambios accionariales de empresas
pueden ser un buen momento para tomar esta decisión.
Otro
de los aspectos recalcados por el miembro de la Comisión fue la necesidad de
inversión en la empresa por parte de estos profesionales. “Si un directivo que va a ser empresario no invierte nada en el
proyecto da una mala impresión”, argumentó. Además, apuntó que no realizar
una inversión a pesar de tener patrimonio hace pensar en las expectativas que
tiene el empresario sobre los resultados de la compañía. “El directivo debe de ocupar este puesto en un momento de madurez
profesional, cuando haya pasado por diferentes etapas”, aseveró y continuó
asegurando que también debe ser un gran
gestor de los tiempos, ya que la falta de decisión puede llevar a la empresa a
un fracaso asegurado.
El
punto de vista de las ‘private equity’, compañías que se dedican a la adquisición de empresas, fue
expuesto por Eduardo Navarro,
presidente de Sherpa Capital. “Hay una diferencia muy grande entre ser
empleado y ser empresario, es muy diferente cobrar una nómina que participar de
una plusvalía y asumir riesgos”, indicó Navarro. “Nosotros necesitamos equipos directivos que nos convenzan, que
conozcan el sector, el factor humano es a menudo más decisivo que la propia
empresa”, aseveró el experto. Navarro explicó que los ‘private equity’ tienen una mentalidad de empresa familiar pero
abierta. “Si llega una oferta buena para
nuestra participación contemplamos la venta, pero también podemos mantener una
inversión a largo plazo”, señaló. Por ello, “es muy relevante cómo encajan el directivo y el ‘private equity’, esto
es como una boda y con mucho dinero de por medio, por lo que debe de haber
química, sino no se debe hacer la operación”, matizó.
“En estas operaciones, es
clave que el directivo conozca a fondo su sector y sea un referente en su
entorno profesional”, señaló. Según argumentó, hay directivos de multinacionales que
abandonan su trabajo actual para encabezar proyectos que les ilusionan, renunciando
a un salario superior. Todas estas
cualidades y aptitudes deben estar en consonancia con el ‘private equity', ya que el empresario y la compañía que participa
del capital de la empresa serán compañeros de viaje durante algunos años, y
gran parte del éxito del proceso dependerá del grado de entendimiento entre
ambos. Por ello, el informe se encarga de enumerar los principales aspectos que
el ‘private equity' valora del
empresario. Que tenga conocimiento del negocio, que tenga suficiente seguridad
para escuchar y aceptar ayuda, que sea transparente, que las finanzas de la
empresa respondan a la realidad, que configure el mejor equipo posible, que
tenga motivación económica y que sea consciente de lo que implica el ‘private equity', que al final del
periodo acordado, desinvertirá.
Por
su parte, Damián Frontera,
presidente de Redit, compartió con los asistentes su experiencia personal en la
operación de MBO de la compañía Oscar Mayer, de la que fue director general. “La empresa quebró, pero un grupo de
directivos estaban abiertos a realizar un MBO y participar en la empresa”, explicó.
A pesar de presentarse más propuestas de venta, se seleccionó la idea de una
compañía participada por un ‘private
equity’ y los directivos involucrados en el proyecto, pasando a convertirse
en empresarios. Oscar Mayer resucitó y acabó formando parte de Campofrío,
llegando a cotizar en bolsa.