lunes, 1 de octubre de 2012

La FEBF presenta en Valencia el informe de AED “De directivo a empresario: Las operaciones MBI/MBO desde la perspectiva del directivo”


La Asociación Española de Directivos (AED) presentó en Valencia, con la colaboración de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, el informe “De directivo a empresario: Las operaciones MBI/MBO desde la perspectiva del directivo”. El acto, que estuvo presentado por Amparo Bertomeu, presidenta de la Comisión directiva de AED en Valencia, contó con la presencia de Xavier Gangonells, secretario general de AED, Fernando Iglesia, miembro de la Comisión sobre la Función Directiva de AED y coautor del informe, Eduardo Navarro, presidente de Improven y Sherpa Capital, y Damián Frontera, presidente de Redit y Patrono de Honor de la FEBF.

El informe fue presentado en la Bolsa de Valencia ante cerca de medio centenar de directivos. “Este estudio pretende aportar una serie de reflexiones de carácter práctico que permitan al directivo tener un mejor criterio a la hora de convertirse en empresario”, apuntó Amparo Bertomeu. “Se trata de minar esos posibles temores en el momento de tomar la decisión y evitar que se cometan errores”, explicó la presidenta.

En tiempos de crisis hace falta emprender nuevos proyectos y, en ocasiones, reorientar las empresas actuales. En ambas circunstancias, los directivos pueden verse en la situación de dar un paso adelante y convertirse en empresarios, una oportunidad que les permite aplicar los conocimientos específicos en un sector con el fin de llevar adelante una compañía y asumir las responsabilidades que ello conlleva. Profesionales que pueden emplear su gran capital humano para aportar solidez y formación a la cabeza de la empresa.

“Este informe es de gran utilidad porque recoge las experiencias de directivos que han afrontado durante su carrera un proceso de MBI o MBO, presentando de forma ordenada y resumida sus reflexiones con un enfoque pragmático y un lenguaje comprensible”, explicó Xavier Gangonells, secretario general de AED. “Es preciso que se impulsen nuevas iniciativas empresariales y las operaciones de MBI y MBO son un mecanismo que puede permitir a las compañías ganar tamaño, capacidad de inversión, fomentar la profesionalización de la gestión y encontrar nuevas oportunidades de negocio”, apuntó.

Fernando Iglesia, coautor del informe, fue el encargado de mostrar algunas de las claves del documento: “Hay directivos que se plantean ser empresarios pero tienen miedos y dudas”. Según explicó: “Estas decisiones son complejas pero los proyectos de MBI o MBO pueden ser una buena alternativa de continuidad a empresas familiares con dificultades de sucesión”. Además, remarcó que no hay proyecto sin empresario.

Según refleja el informe, para poder ejercer el rol de empresario, un directivo debe tener actitud de emprendedor, ser estratega en la gestión de recursos, tolerar bien la incertidumbre y la soledad, focalizar en la cuenta de resultados y fijar bien las prioridades. “Estas son habilidades de las que no todo el mundo dispone”, apuntó Iglesia. Además, “debe de tener inquietudes, disfrutar y fijarse objetivos a largo plazo aunque también ser una persona audaz, independiente y poder ejercer un liderazgo”. Iglesia también hizo referencia a los momentos más idóneos para que el directivo se plantee dar el salto a empresario. Tener un proyecto y sentirse con la capacidad, confianza e ilusión de liderarlo, aspirar a la independencia profesional, estar desempleado, tener experiencia en un determinado sector y los cambios accionariales de empresas pueden ser un buen momento para tomar esta decisión.

Otro de los aspectos recalcados por el miembro de la Comisión fue la necesidad de inversión en la empresa por parte de estos profesionales. “Si un directivo que va a ser empresario no invierte nada en el proyecto da una mala impresión”, argumentó. Además, apuntó que no realizar una inversión a pesar de tener patrimonio hace pensar en las expectativas que tiene el empresario sobre los resultados de la compañía. “El directivo debe de ocupar este puesto en un momento de madurez profesional, cuando haya pasado por diferentes etapas”, aseveró y continuó asegurando que también debe ser un gran gestor de los tiempos, ya que la falta de decisión puede llevar a la empresa a un fracaso asegurado.

El punto de vista de las private equity’, compañías que se dedican a la adquisición de empresas, fue expuesto por Eduardo Navarro, presidente de Sherpa Capital. “Hay una diferencia muy grande entre ser empleado y ser empresario, es muy diferente cobrar una nómina que participar de una plusvalía y asumir riesgos”, indicó Navarro. “Nosotros necesitamos equipos directivos que nos convenzan, que conozcan el sector, el factor humano es a menudo más decisivo que la propia empresa”, aseveró el experto. Navarro explicó que los ‘private equity’ tienen una mentalidad de empresa familiar pero abierta. “Si llega una oferta buena para nuestra participación contemplamos la venta, pero también podemos mantener una inversión a largo plazo”, señaló. Por ello, “es muy relevante cómo encajan el directivo y el ‘private equity’, esto es como una boda y con mucho dinero de por medio, por lo que debe de haber química, sino no se debe hacer la operación”, matizó.

“En estas operaciones, es clave que el directivo conozca a fondo su sector y sea un referente en su entorno profesional”, señaló. Según argumentó, hay directivos de multinacionales que abandonan su trabajo actual para encabezar proyectos que les ilusionan, renunciando a un salario superior. Todas estas cualidades y aptitudes deben estar en consonancia con el ‘private equity', ya que el empresario y la compañía que participa del capital de la empresa serán compañeros de viaje durante algunos años, y gran parte del éxito del proceso dependerá del grado de entendimiento entre ambos. Por ello, el informe se encarga de enumerar los principales aspectos que el ‘private equity' valora del empresario. Que tenga conocimiento del negocio, que tenga suficiente seguridad para escuchar y aceptar ayuda, que sea transparente, que las finanzas de la empresa respondan a la realidad, que configure el mejor equipo posible, que tenga motivación económica y que sea consciente de lo que implica el ‘private equity', que al final del periodo acordado, desinvertirá.

Por su parte, Damián Frontera, presidente de Redit, compartió con los asistentes su experiencia personal en la operación de MBO de la compañía Oscar Mayer, de la que fue director general. “La empresa quebró, pero un grupo de directivos estaban abiertos a realizar un MBO y participar en la empresa”, explicó. A pesar de presentarse más propuestas de venta, se seleccionó la idea de una compañía participada por un ‘private equity’ y los directivos involucrados en el proyecto, pasando a convertirse en empresarios. Oscar Mayer resucitó y acabó formando parte de Campofrío, llegando a cotizar en bolsa. 

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