Finales de los noventa, las
privatizaciones de las grandes empresas públicas españolas reportaron grandes
beneficios a gran número de inversores minoristas españoles que acudieron a las
OPV. Aunque todavía joven, los comentarios de aquellos inversores despertaron
en mí el interés por el mundo de las finanzas.
Por ello, en el 2000 decidí
matricularme en la licenciatura de Económicas, donde me inicié en el complejo
mundo de la bolsa. Un profesor me comentó que la mejor forma de conocer los
mercados era invirtiendo poco dinero en algún valor y ver como fluctuaba.
Quizás no fue el mejor momento con la crisis de las puntocom, aunque sí aprendí
la importancia de los stop loss.
Al acabar la carrera, me incorporé al
grupo Libertas 7 como analista financiero. Siempre había deseado trabajar en el
mundo de las finanzas y esta fue una gran oportunidad para hacerlo. Durante más
de dos años, estuve a cargo de la cartera de lujo y bebidas, rodeado de grandes
profesionales y amigos, de los que aprendí mucho, especialmente del “amigo
Vini”. Avancé en el conocimiento de los mercados, desde una perspectiva
menos cortoplacista, sabiendo diferenciar el precio del valor e intentando
templar los nervios ante la volatilidad del mercado.
Fue en este punto de mi carrera
profesional donde coincidí con la FEBF, matriculándome en el Máster Bursátil y Financiero. Aunque al acabar la carrera tantee la posibilidad de hacerlo,
no fue hasta comenzar a trabajar cuando me lo plantee de forma más seria, pues
era una formación especializada y el coste elevado, aunque con el tiempo
reconozco que fue una gran inversión. Un profesorado con gran experiencia y
formación, con algunos de los cuales he coincidido posteriormente en reuniones,
la posibilidad de obtener el título CIIA, el cual, en mi caso, me ha
abierto muchas puertas y, por último, pero no menos importante, coincidir con
compañeros que comparten las mismas inquietudes, desarrollando grandes
amistades, como en mi caso con Jesús, con el que ya coincidí en la universidad,
posteriormente en Libertas 7 y finalmente en la marcha a Madrid.
Con la incorporación al IEAF a través
de la Fundación, surgió la posibilidad de marchar a Madrid, un paso importante
por lo que suponía, pues dejaba atrás a familia y amigos. No obstante, acepté
la oferta de mi actual empresa, CPPS, una de las consultoras de previsión
social más importantes a nivel nacional, incorporándome al área financiera,
asesorando a los principales fondos de pensiones de empleo de este país,
desarrollando políticas de inversión conjuntamente con las gestoras y
realizando revisiones financiero actuariales dentro del marco de la normativa
de planes y fondos de pensiones. Además, en este periodo, he podido realizar
alguna incursión en el área de la docencia, ligada tanto a la previsión social
empresarial como al desarrollo de los distintos tipos de activos financieros.
A pesar de los años, y ya van casi 5, no pierdo la
posibilidad de volver por Valencia siempre que puedo, no en vano gran parte de
los fondos que asesoro son valencianos y catalanes, aprovechando los viajes
para visitar a amigos que hace tiempo que no veo, y volver a comer de nuevo una
paella de verdad.
Artículo publicado previamente en el Boletín de la
FEBF
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