jueves, 22 de diciembre de 2011

El coaching directivo como servicio de valor añadido a la dirección

El creciente uso de la expresión coaching empresarial refleja la fuerza que el aprendizaje de esta competencia estratégica está adquiriendo en la actualidad.

La palabra coach es muy utilizada en el campo deportivo aunque en el entorno empresarial se asocia a entrenador, conductor y guía.

Sin un método para afrontar la complejidad de los negocios actuales, los directivos pueden estar más preocupados por resolver lo urgente que ocupados de acometer lo importante. Y esta es una de las principales causas por las que los cambios en el entorno que condicionan la rentabilidad de la empresa no son detectados hasta que afectan directamente a la marcha de la empresa.

El coaching directivo va mucho más allá de los enfoques de benchmarking, calidad total y mejora continua de procesos, ya que pretende innovar continuamente en cuanto a dirigir personas y a la empresa. Consiste en guiar al directivo cuando obtiene información, analiza recursos y capacidades y toma decisiones referentes a cómo competir en su entorno de negocio y está relacionada directamente con su capacidad para dirigir personas y construir equipo y empresa. La diferencia con otros planteamientos radica en que se desea entrenar al directivo para que sean capaces de realizar estas actividades independientemente de la presencia del coach.

El coaching directivo va orientado principalmente al perfeccionamiento de las habilidades directivas, refuerzo del liderazgo situacional, la interiorización del pensamiento estratégico en la toma de decisiones dentro de la organización, así como la potenciación de la visión holística y la prospectiva en el marco de la dirección estratégica.

El coach debe ser un profesional en el mundo de la empresa, que tiene experiencia demostrada en la alta dirección y ha participado en procesos de dirección estratégica y formación. El tratamiento entre ambos será siempre de igual a igual, como una relación entre colaboradores cuyo fin es conseguir una meta común.

El grado de éxito del coaching directivo se mide tanto por el grado en que se logra el avance o resultado buscado por la empresa como por el grado de sostenimiento en el tiempo de los resultados. Lo que importa es que el directivo sea capaz de identificar las fortalezas y debilidades, de medirlas y de relacionarlas con las oportunidades y amenazas que conjuntamente puedan visualizar en el entorno presente y futuro, para plantear como lograr lo que la empresa necesita y mantener el resultado que le interese sostener.

El directivo adquiere competencias en liderazgo transformador, para poder generar alternativas de actuación adaptadas a la realidad de la empresa consiguiendo un mayor grado de compromiso, participación y desempeño pese a las circunstancias por las que atraviesa la empresa de forma que se pueda reforzar o cambiar la dirección para afrontar estratégicamente el liderazgo de personas y organizaciones, con la finalidad de mejorar las competencias de la empresa.

El coaching directivo está orientado a resultados; por ello cada vez son más empresas las que eligen este tipo de servicios como complemento a la formación tradicional de sus equipos directivos y es mayor el numero de gerentes y empresarios que demandan este tipo de servicios como base de desarrollo del pensamiento estratégico y apoyo en la formulación e implementación de la estrategia de su compañía.

Concha Roig LLuesma
Profesora del Taller de Coaching para mandos intermedios y directivos que se desarrollará a la FEBF los días 18 y 25 de enero de 2012 (8 horas).
Consultora Desarrollo Organizacional
Grupo Ifedes



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