Mucho se está hablando desde que
empezó la reestructuración financiera de la creación de un Banco Malo. Parece que, finalmente, esto se hará realidad al final
del periodo estival. Después de que la Comisión Europea aprobara el plan de
recapitalización propuesto por el Presidente español el siguiente paso será
definir la estructura y funcionamiento del denominado Banco Malo.
Pero, ¿sabemos a qué se llama Banco Malo? y ¿cuál será su función?. Aunque
el nombre a priori no parece positivo, esta denominación procede de la terminología
inglesa bad bank, y se ha puesto en
marcha con anterioridad en otros países.
Este tipo de Banco será una
entidad pública o semipública, en nuestro caso controlada por el FROB. En
principio tendrá forma jurídica de sociedad anónima y contará con amplios
poderes para gestionar sus activos, además tendrá la capacidad de emitir deuda.
Esta entidad absorberá y por
tanto incluirá en sus balances todos los activos inmobiliarios que sean de
dudoso cobro (llamados activos tóxicos) procedentes de entidades financieras.
Para ello cada entidad tendrá que remitir los activos con una tasación a valor
de mercado detallando una serie de datos que se solicitarán. El supervisor ha
enviado una circular a todas las entidades financieras para que expongan sus
dudas o comentarios sobre la documentación necesaria que tienen que aportar,
debido a su exhaustividad y detalle, antes de realizar la circularización
oficial. Y será el Banco de España, el encargado de decidir que activos se
integrarán en el Banco y con que
valoración.
El Banco Malo los incluirá en el activo
de su balance con un descuento sobre su valor contable pero por encima del
valor de mercado, que actualmente es inferior al contable. Y en el pasivo, figurarán las emisiones de deuda
pública con las que se pagará a los bancos por los activos adquiridos.
De este modo, las entidades que
transfieran sus activos tóxicos al Banco Malo, quedarán saneadas y no tendrán
que dotar provisiones provocadas en gran medida por la morosidad de estos
créditos incobrables, lo que actualmente está afectando a su solvencia y
garantías futuras. Por tanto, dispondrían de liquidez que, a su vez, la
invertirían en nuevos créditos que otorgaran principalmente a empresarios, activando
el crédito entre el tejido empresarial.
Una vez creado el Banco, tendrá que gestionar de forma
eficiente todos los activos adquiridos y los prestamos vinculados a ellos, para
realizar en el futuro la venta que permitirá recuperar parte del desembolso
financiado por la deuda. En caso de que existieran pérdidas procedentes de
estos activos, éstas serian asumidas por el FROB.
Esta puede ser una alternativa
para el saneamiento definitivo del Sistema Financiero español siempre bajo la
atenta mirada de Bruselas. La puesta en marcha no va a ser fácil, será un
proceso complejo que puede durar meses e incluso años. Si finalmente se
consigue el objetivo de que fluya el crédito, se despejen dudas sobre el
mercado inmobiliario y se recupere la confianza, quizás, nuestro banco malo llegue a ser bueno.
Artículo publicado en el semanal El Mercantil Valenciano del Levante-EMV por Leonor Vargas Escudero, Directora Financiera de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, Coordinadora del Máster Bursátil y Financiero de la FEBF
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