martes, 14 de marzo de 2017

La banca en la era digital

Nuevas perspectivas para los intermediarios bancarios: la banca del futuro

Vivimos en tiempos de cambio en muy diversos ámbitos. La sociedad, la tecnología, el comercio, la forma de trabajar y de vivir están evolucionando a ritmo vertiginoso debido a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). La adopción masiva de Internet y la telefonía móvil, y el crecimiento exponencial en la capacidad de computación y almacenamiento de datos, con un coste cada vez más reducido, está transformando el mundo en que vivimos.

El sector financiero no es una excepción y también está viviendo el impacto de la era digital. El artículo analiza cuáles son las tendencias que están impulsando el mundo digital y su influencia en el sector financiero.

En primer lugar se observan nuevas formas de actuar de los clientes, que combinan sus interacciones con el mundo físico y el virtual de manera cada vez más integrada.

Los consumidores son más exigentes, están mejor informados y confían cada vez más en otros consumidores que en la información que proporcionan las marcas. Además surgen nuevos modelos de negocio relacionados con los datos sobre los clientes y la personalización de la oferta para cada cliente a partir de la información de su comportamiento.

En segundo lugar, hay elementos fundamentales de la evolución tecnológica, una de las palancas fundamentales para la transformación de la banca. Internet, los dispositivos móviles, las tecnologías de Cloud Computing y Big Data están ayudando a mejorar los procesos y crear nuevos servicios bancarios, a un coste muy inferior en comparación con las infraestructuras de TI tradicionales. Esta transformación es principalmente visible en la evolución de los elementos de interacción con el cliente, como puede ser la banca móvil o los pagos con tecnologías de proximidad, pero también está transformando los procesos internos de las entidades, como la evaluación de riesgos, la detección del fraude en tiempo real o la posibilidad de realizar ofertas personalizadas para cada cliente de manera individualizada.

Además, los cambios están llegando al sector financiero en diversos frentes. La evolución de la banca tradicional está ligada a la adopción de estas nuevas tecnologías, junto con un redimensionamiento de la presencia física y un fuerte impacto de los cambios regulatorios. Tras la crisis financiera comenzada en 2007 los cambios regulatorios están siendo profundos con el fin de reducir la probabilidad de futuras crisis, mitigar los contagios entre entidades y el riesgo sistémico, e intentar mejorar la solvencia y seguridad. Sin embargo estos cambios regulatorios, no totalmente armonizados en cada geografía, están provocando también cierta fragmentación del sistema financiero, que amenaza con revertir las ganancias de eficiencia y de diversificación de riesgos de las décadas anteriores.

A todo lo anterior tenemos que añadir el incremento de la competencia para las entidades financieras por parte de sus competidores tradicionales (otros bancos), a los que se unen nuevos jugadores que no compiten exactamente en el mismo terreno de juego ni con las mismas reglas, pero que atacan por diversos flancos el negocio de las entidades bancarias. Tanto los neobancos como las compañías fintech son todavía pequeños en volumen de negocio, pero aterrizan con propuestas de valor que pueden llegar a calar en el mercado, y ser muy relevantes en poco tiempo si experimentan los crecimientos exponenciales ya vistos en otras industrias. Además, la amenaza de los gigantes de internet y la tecnología está latente y no es descartable que, aprovechando sus fortalezas en el mundo digital, puedan desempeñar un rol importante de desintermediación en la interacción de los bancos con sus clientes.

En este entorno, las claves de futuro para las entidades financieras pasan por:
  • Ser organizaciones cada vez más ágiles y flexibles, de forma que les permita adaptarse a los cambios regulatorios con rapidez y teniendo que dedicar el menor esfuerzo posible. Esta flexibilidad también permitiría adaptarse mejor a las necesidades de los clientes y al mercado.
  • Acelerar la transformación digital con el objetivo de mejorar la productividad y la eficiencia, crear más valor para los accionistas y un banco mejor para los clientes, con precios más competitivos y servicios más avanzados y personalizados, accesibles en cualquier momento y lugar.
  • Participar activamente y fomentar la colaboración con las nuevas compañías del ecosistema financiero con el objetivo de aprender, mejorar e impulsar la innovación. Además, fruto de esta interacción se pueden obtener nuevas fuentes ingresos con los potenciales servicios financieros a proporcionar a estos nuevos jugadores.
  • Explorar las oportunidades que el mundo digital ofrece a la hora de extender el negocio a otras geografías, con el potencial de ampliar de manera significativa el número clientes, manteniendo los costes de distribución marginales contenidos.
  • Evaluar las posibilidades en cuanto a nuevos negocios, adyacentes a los servicios financieros, en los que las entidades puedan aprovechar sus fortalezas, explotar de manera diferente sus activos o construir nuevos productos a partir de elementos propios y proporcionados por terceros.

En los próximos años la banca seguirá teniendo elementos característicos en cuanto a las exigencias de solvencia y fiabilidad por parte de los supervisores en un entorno fuertemente regulado. Además deberá adaptarse a un entorno que cada vez cambia más rápido, con clientes más exigentes y competidores más ágiles, algunos de ellos quizá inexistentes todavía. La digitalización, que ha transformado otras industrias, ha llegado a los servicios financieros para quedarse. Aquellas entidades que sepan aprovechar las nuevas características del mundo digital, siendo capaces de integrarlas con sus fortalezas en la banca tradicional, serán las triunfadoras en esta evolución de los servicios financieros.

AUTORES:
Alberto Charro. Director Territorial Este – BBVA
Israel Hernanz Casas. Economista Principal en el equipo de Sistemas Financieros y Regulación Digital de BBVA Research
Vanesa Casadas Puertas. Economista en el equipo de Sistemas Financieros y Regulación Digital de BBVA Research

Si desea saber más sobre “La banca en la era digital. Nuevas Perspectivas para los intermediarios bancarios: La Banca del futuro” puede consultar el capítulo con dicho título de la obra “Retos y Perspectivas de la sociedad digital para intermediarios financieros”, que se podrá descargar de forma gratuita en el siguiente enlace.

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