Conocidas las perspectivas económicas de la economía española para los próximos años, tomar la decisión de salir al exterior no parece tan mala idea. No se trata de coger las maletas y emigrar, si no de vender productos y servicios a un mercado mayor. Las decisiones de internacionalización deben ser planteadas desde el punto de vista estratégico, legal, fiscal y financiero.
Primero de todo, hay que plantear la estrategia a seguir, comenzando por analizar las oportunidades que los mercados exteriores ofrecen. Si la ventaja competitiva con los operadores locales se puede optimizar desde el mercado de origen, se optará por la exportación, de lo contrario, se analizará la mejor forma de entrar.
En ambos casos, habrá que analizar el ordenamiento jurídico del país elegido, normas aplicables al proyecto, así como la existencia de convenios y tratados internacionales. Todo ello, sin olvidar estudiar desde una visión general los riesgos económicos y políticos de la región.
Posteriormente habrá que decidir el canal más adecuado para entrar, es decir, agencia, distribución, fabricación, oficinas de representación en el exterior, sucursales y filiales, son algunas alternativas. Conocer sus ventajas e inconvenientes permitirá elegir la mejor opción para optimizar los recursos presentes y futuros. Establecido el canal, se analizará la forma jurídica para dar personalidad al proyecto, bien creando una delegación, joint-venture, Pyggy-Back, M&A, entre otras.
Otro ámbito a valorar es el mercado laboral local, es la toma de decisiones sobre las contrataciones a realizar, pudiendo elegir entre expatriar personal o seleccionar trabajadores de la zona. Para ello, conocer la estructura laboral, salarios, formación de las personas, jornadas, riesgos, seguridad, garantías, será el paso previo.
Por último, y entre otros muchos flecos dentro de los asuntos legales a tratar, no hay que olvidar las opciones de desinversión. Estableciendo desde el convenio o contrato inicial los diferentes sistemas de desinversión para cada una de las partes, otorgando ciertas ventajas frente a la venta de participaciones a terceros.
Conocido el destino de la inversión se realizara un estudio del impacto fiscal de la decisión. Para ello, se analizaran entre otros aspectos, la existencia de convenios para evitar la Doble Imposición, las principales normas aplicables, tipología y organismos reguladores, tributación de los beneficios, de la desinversión, etc.
Para todo ello, conocer de dónde van a salir los recursos financieros necesarios, puede suponer la clave de la rentabilidad de la operación. Adicionalmente, habrá que estudiar la operatoria comercial del sector y país, los medios de pago utilizados y disponibles.
La decisión de internacionalización requiere tener claro el proceso, para ello la FEBF iniciará el próximo 16 de noviembre un curso que paso a paso acercará a las PYMES el procedimiento para analizar las alternativas de salir al exterior.
Artículo publicado en el semanal El Mercantil Valenciano del Levante-EMV por Julio Sixto, Departamento de Finanzas y Formación de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros
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