La empresa familiar es un elemento fundamental de la economía nacional. Los 2,5 millones de empresas familiares en España producen el 70 % del PIB, generan el 75% del empleo privado y realizan el 60% del total de las exportaciones. Aunque su tipología y problemáticas son variadas en función de la etapa en la que se encuentren, su fuerza fundamental estriba en que se trata de un modelo de empresa vocacional con características de dedicación y entrega que no se encuentran en las empresas no familiares.
Este tipo de negocios es menos burocrático a la hora de tomar decisiones, más flexible, adaptándose de forma más rápida a los cambios del entorno. Los miembros de una empresa familiar suelen resolver sus problemas internamente y sólo en contadas ocasiones recurren a la asesoría externa formal.
Para atender a las peculiaridades de su gestión, existen instrumentos que permiten regular las complejas relaciones que surgen entre familia, propiedad y empresa entre los que cabe destacar los Protocolos familiares, que son documentos legales que recogen los pactos suscritos entre los socios, para regular la comunicación y consenso en la toma de decisiones que afectan a la entidad. La cuestión es que si el Protocolo familiar y el resto de instrumentos de gestión específicos se implantan sin el conocimiento adecuado, como un mero trámite, se pierde su efectividad, consistente en la búsqueda de la visión compartida para temas tan importantes como acceso al trabajo, dimensión, sucesión, órganos de gobierno, retribución, profesionalización, liderazgo…
En este contexto, es fundamental que los propios componentes de la familia, directivos de la empresa, además del apoyo de consultores externos especializados, posean amplia formación sobre instrumentos de gestión y regulación legal específicos para éste tipo de sociedades.
Uno de los aspectos que más preocupan en la gestión de las empresas familiares es el relativo a las cuestiones fiscales, como las que derivan de los efectos que pueda desplegar el recientemente reactivado impuesto sobre el patrimonio, o el que grava las grandes fortunas, así como las implicaciones en otras figuras impositivas, como el Impuesto de Sucesiones y Donaciones o el IVA.
Por ello, la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, en colaboración con el Ilustre Colegio de Abogados de Valencia y el despacho Garrigues, organiza una jornada el próximo martes 29 de noviembre, en la que especialistas cualificados, se reúnen en la sede del ICAV para abordar en profundidad todas y cada una de las cuestiones tributarias que afectan al funcionamiento de esta modalidad societaria; los aspectos de planificación fiscal y de la organización patrimonial y retributiva de las empresas familiares, desde una perspectiva tanto fiscal como laboral.
La creación de un espíritu crítico mediante la formación y el benchmarking con los modelos de países con empresas familiares longevas (Japón es la mejor referencia con empresas que han sobrevivido 50 generaciones), es hoy, más que nunca, necesario para cuadros de empresas familiares, que siendo el pilar de la economía española, tienen la mitad de esperanza de vida que las no familiares, puesto que solamente un tercio de las primeras llega a la segunda generación.
Artículo publicado en el semanal El Mercantil Valenciano del Levante-EMV por Diana Villalba de la Guardia, Departamento de Formación de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros
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